La historia es lo mismo de siempre solo que aquí tenemos a un nuevo doctor pero sorpresa era Willy el que estaba detrás de todo, por lo tanto nos toca volver a meternos en el metal de Megaman para acabar con los 8 robot master y acabar con sus planes.
Los niveles son realmente buenos, sin llegar a la excelencia de su segunda y tercera entrega, pero se salvan teniendo niveles memorables como el de Dive-Man o el de Pharaoh-Man aunque no puedo decir lo mismo de sus jefes, en esta ocasión se nota que a Capcom se le estaban acabando las ideas sobre nuevos robot master y Toad-Man es la prueba de ello.
Dejando de lado su aspecto sus habilidades no son lo mejor que se ha visto y realmente me duele que Skull-Man no lance huesos, simplemente te ataca con un buster similar al de Megaman, una buena idea de jefe pero mal realizada. Y es que con casi todos los poderes de los jefes obtenemos un disparo similar al buster, salvando el Drill que explota cuando tu quieres, los demás son muy clásicos.
La jugabilidad sigue siendo la misma que en títulos anteriores y es de entender siendo la NES pero aquí es donde se introduce el buster cargado, seña de identidad de la saga en sus posteriores entregas y de la saga X. Pero siento algo injusto que en las últimas fases si se agotan los poderes no puedes pasarte el juego.
La banda sonora es igual a lo que nos tiene acostumbrado esta saga así que no tengo nada que aclarar simplemente es magistral, es de esas BSO que te pondrías mientras dibujas o escribes un análisis.
En definitiva es el peor Megaman que he jugado hasta la fecha pero no es un mal juego simplemente es una mancha en la perfección de esta saga.
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