Recuerdo con cariño tocar un mando por primera vez, era el de una PS1, de mi tío y de estar "jugando" a mi videojuego favorito hasta día de hoy. Digo "jugando" porque probablemente, no lo recuerdo bien, el mando no estuviese conectado, pero yo sentía que todo lo que pasaba en esa televisión lo hacía yo.Nunca fui un niño de salir a jugar al parque, me gustaban los juegos de mesas, jugar con tazos y simular con estos que jugaba con una cartas de Yu Gi Oh, se podría decir que era alguien tranquilo, un niño de esos que no dan lata. Por eso cuando podía simular que jugaba a la PS1 de mi tío todo estaba bien, nunca nadie pensaría que eso sería algo que me marcaría tanto ya que normalmente se tiene como un pasatiempo de niños, "cuando madures dejaras las maquinitas" me decían, pero todavís sigo.
El juego que me marcó fue Tekken 3, no fue ni un Spyro, ni un juego de Disney, ni siquiera Crash Bandicoot, fue un juego de lucha y ahí empezó todo. Después de jugar con esto conseguí mi primera consola un PS1 con su Tekken 3 y fui puliendo mi habilidad en este durante años y años luchando contra la IA en difícil, contra mi padre y después contra mi hermano. Adoraba desbloquear personajes, es algo que creo se está perdiendo en los juegos de lucha y tenía su encanto, pero eso es otra historia.
Crear combos era genial, ya que no estaban tan definidos como hoy en día, me sentía un estratega cuando quería hacer esa combinación increíble para ganar. Los gráficos me fascinaban y el diseño de personajes me parecía increíble. Destaco a Gon, que a pesar de no ser un personaje de Tekken siempre me gustó muchisimo por lo diferente que era y lo raro que se jugaba, además de ser un personaje que tenía ventaja al ser más pequeño por lo que siempre solía ganar y eso era genial. Mokujin también me encantaba y True Ogre, siempre los escogía en el modo 8 vs 8.
Me podía pasar tardes enteras solo viendo los endings de los personajes, que para mi eran casi como una película y como solo tenia este intentaba resolver las conexiones entre ellos, si es que las tenían. Y era el líder a la hora de llamar a mis amigos a casa, siempre jugábamos a esta maravilla.
Resulta curioso que para un niño tan tranquilo lo que le hubiese encantado era un juego donde darse hostias era el objetivo, creo que era porque realmente yo siempre quise ser útil en juegos físicos, ya sean deportes o demás y siempre fui un inútil y esto era lo más parecido, o al menos eso pensaba mi pequeña cabeza.
Después de este juego llegaron muchísimos pero ninguno ha conseguido lo que Tekken y es posible que si no fuese por este nunca hubiese jugado más a una consola, hoy en día mi genero preferido es el de lucha también por este titulo y se lo debo todo.
